From El Diario:
18 ABRIL 2019
La gran mayoría de las metas legislativas del presupuesto estatal para el 2019 fueron aprobadas por la legislatura de Nueva York, incluyendo la prohibición de bolsas de plástico, la introducción de precios de congestión y nuevos impuestos de mansión. Pero aún así, fuera de estos resultados, hubo una omisión notable: La falta de expansión del salario prevaleciente a proyectos de construcción privados. Esta omisión se debe a las dudas que han surgido sobre los posibles efectos dañinos de esta expansión para trabajadores de color, para negocios a propiedad de minorías (MWBEs) y para familias neoyorquinas de clase media.
A pesar de su falta de inclusión en el presupuesto, la expansión del salario prevaleciente—que está apoyada por los sindicatos de la industria de construcción—sigue siendo discutida extensivamente por legisladores en Albany. Pero una conversación que originalmente era mucho más parcial, ha cambiado al considerarse los efectos negativos que esta expansión tendría para los trabajadores latinos o afroamericanos de Nueva York.
Por lo tanto, el cambio de tono de los legisladores discutiendo esta propuesta—combinado con el hecho de que la expansión del salario prevaleciente no fue incluida en el presupuesto aún con un Senado y una Asamblea controlada por demócratas—demuestra que las preocupaciones de los trabajadores que serían afectados por esta iniciativa son reales y todavía no han sido mitigadas. Entre sus preocupaciones mas inmediatas están la pérdida de empleos en su industria y el efecto que esta expansión tendría para MWBEs.
Este cambio de tono también proviene de un reconocimiento por parte de legisladores acerca de la falta de diversidad que continua a existir en los sindicatos. Una expansión del saldo prevaleciente solo serviría para exacerbar esta desigualdad. Mientras tanto, los trabajadores no sindicados—quienes serían los más afectados si fuera aprobada la expansión— son un grupo mucho más diverso. Según información proveída por la ciudad, aproximadamente 75 por ciento de los trabajadores no sindicalizados en Nueva York son afroamericanos o latinos y viven en comunidades locales como Queens o El Bronx.
Debida a esta realidad, al apoyar una expansión del salario prevaleciente, uno también apoya una fuerza laboral menos diversa.
La buena noticia es que la construcción privada en Nueva York ya no está monopolizada por los sindicatos. Alrededor de 80 por ciento de los desarrollos privados en la ciudad han sido construidos por trabajadores no sindicados. Eso significa que estos trabajadores pueden invertir sus ingresos en sus comunidades—comunidades donde viven la mayoría de las familias de color en nuestra ciudad. Sin embargo, si fuera aprobada la expansión bajo consideración, todo esto progreso que se ha logrado en la industria de construcción podría darse marcha atrás.
Mientras tanto, la respuesta de los sindicatos a estas discusiones ha sido predecible. Los líderes de los sindicatos más poderosos siguen siendo incapaces de ofrecer una solución para los problemas que enfrentan las minorías en la fuerza laboral de la ciudad. Lo que sí han revelado estas discusiones es que los sindicatos solo están preocupados con aumentar los salarios de sus miembros sin considerar a las familias neoyorquinas que incurrirían estos nuevos gastos al aumentar los precios de construcción en Nueva York.
Aunque el cambio de tono de nuestros legisladores sea un desarrollo positivo, no debe quedar duda que una expansión del salario prevaleciente sería dañina para todos los trabajadores neoyorquinos de color. La industria de construcción en Nueva York es más inclusiva hoy que en cualquier momento en su historia; no deberíamos permitir que este progreso retroceda.
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